miércoles, 26 de noviembre de 2008

LAS CARTAS DELATORAS

Una carta escrita en 1885 por un jefe indio al presidente de los Estados Unidos me hace recordar otras, que en distintas circunstancias y fechas, han sido portavoces de las injusticias que se cometen en razones de las ambiciones de poder, de mayores riquezas y de actuar sin tomar en cuenta las opiniones ajenas.


En 1879, el general Manuel Márquez de León dirigió una carta al entonces presidente Porfirio Díaz en la que reprochaba su mala administración y le pedía su renuncia al cargo diciéndole: “ Si usted fuera el hombre honrado y patriota que yo me figuré en mi acalorada fantasía, tendría alguna esperanza de que, cediendo a la razón se retirara de la escena política sin ocasionar más desgracias...” Una fecha anterior, el día cinco del mismo mes, el general Márquez se había levantado en armas mediante el Plan Revolucionario de El Triunfo.


El escritor Gabriel García Márquez, con la calidad moral que le da el ser premio Nobel de Literatura, le dirigió una misiva al presidente Bush acusándolo de ser el instigador de la guerra contra Irak, pero además le recuerda la historia colonialista de los Estados Unidos y su intromisión, con afanes de dominio económico, en muchos países del mundo. En una de sus partes le dice: “ Hace casi un siglo que tu país está en guerra con todo el mundo. Curiosamente tus gobernantes lanzan los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y de la democracia. Estados Unidos no representa la libertad , sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra guerra, hambre, miedo y destrucción.”


La carta que mencioné al principio de esta crónica apareció en el resumen semanal de noticias de Tamarindo, Visión empresarial en Baja California Sur, y fue enviadapor el arquitecto Jacinto Avalos. En 1885, el gobierno de los Estados Unidos inició gestiones para la compra de las tierras que estaban en poder de las tribus indígenas, presionado por los grupos de colonos que se iban extendiendo por el centro y el oeste de ese país. Ante tal pretensión, el jefe indio Seathl de la tribu Owan le contestó al presidente Cleveland diciéndole, entre otras cosas:
“Cada parte de esta tierra es sagrada para mi gente. Cada espina del pino brillante, cada orilla arenosa, cada bruma en el oscuro bosque, cada claro y zumbador insecto es sagrado a la memoria y experiencia de mi gente. ¿Cómo se puede comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Nosotros sabemos que el hombre blanco no tiene nuestras costumbres, para él una porción de tierra es la misma que otra, por que él es un extraño que viene en la noche y toma de la tierra lo que necesita....Si nosotros vendemos a ustedes nuestra tierra, ámenla como nosotros la hemos amado, cuídenla como nosotros la hemos cuidado...”
Estos pensamientos expresados con un profundo y emotivo sentido de pertenencia fue un reclamo infructuoso, por que al fin las tierras les fueron arrebatadas a las tribus indígenas por las buenas o por las malas, después de guerras cruentas que diezmaron su población. Los pocos indios que quedaron fueron confinados en reservaciones donde vivieron—y viven—de la nostalgia por sus tierras perdidas.


Nostalgia como la que debieron haber sentido los pobladores indígenas de la Baja California cuando los padres jesuitas los encasillaron en las misiones con el propósito de educarlos y alimentarlos. Tristeza cuando esos mismos sacerdotes, obligados por las circunstancias, tuvieron que trasladarlos de una a otra misión, dejando atrás su habitat al que querían y protegían como parte de sí mismos.
Dicen que las enfermedades acabaron con los californios, pero no debemos descartar la posibilidad de que también se debió a la pérdida de su tierra tradicional, aquélla que por siglos les permitió vivir y la que, de pronto, la perdieron. Un sacerdote, Sebastián de Sistiaga, al oponerse al traslado de los nativos de una misión a otra, argumentaba que los californios “ eran naturalmente amantes de su tierra”. Pero como sucedió con el jefe indio Seathl, nadie le hizo caso.
Como quiera que haya sido, lo cierto es que la carta dirigida al presidente de los Estados por todo lo que tiene de amor a la tierra, debiera ser de lectura obligada para tanto sudcaliforniano, los ejidatarios entre ellos, que están enajenando su patrimonio a cambio de una riqueza momentánea.

lunes, 24 de noviembre de 2008

LA PERLA GIGANTE

Ningún historiador lo dijo nunca. En realidad, no existe historiador más importante que el decir tradicional, surgido de la entraña misma del pueblo, que defiende "su verdad" sin acudir a documento  alguno ni al rigor del método invocado por los profesionales de la investigación histórica.

La "great lemon" es la perla parecida a un limón, de más de una pulgada de diámetro, de oriente fulgurantísimo, que está engarzada nada menos que en la corona real de Inglaterra, el Reino Unido y la Gran Bretaña y que fue expuesta al público la última vez, durante la ceremonia de coronación de su majestad la Reina Elizabeth II soberana actual  y líder espiritual de poco más de 200 millones de súbditos en toro el orbe.

Hagamos historia. La mañana del 10 de Agosto de 1883, los buzos de la empresa Ruffo y González, S. A., Juan Calderón Vacaseque y Antonio Cervera Cienfuegos, sacaron del seno de la bahía de La Paz, en un sitio cercano a la isla de San José, una ostra que en su interior crió una gigantesca perla, como se dijo antes, en forma de limón. Pulida hasta quedar bellísima, la perla fue dada a conocer  con el nombre  de "la Carmenaida" en honor de las señoritas Carmen y Adelaida Ruffo Santacruz, hijas del armador propietario ya de la joya.

Era una ciudad de La Paz pequeña y tan tranquila la de entonces, que durante muchos meses la perla estuvo expuesta en el lecho de su concha-madre en un aparador de la tienda de los hermanos Ruffo, para que los sudcalifornianos y los visitantes la vieran con admiración y respeto. 21 años después, el 4 de Abril de 1904, el pueblo sudcaliforniano se consternó con una noticia dolorosa: Carmelita Ruffo había fallecido, su hermana Adelaida la seguiría nueves años después, al morir el 15 de Julio de 1913, durante la convulsión regional de la Revolución Mexicana. "La Carmenaida" fue llevada a la ciudad de San Francisco, con la intención que fuera engarzada en un broche de la familia Ruffo, Don Antonio Justo Ruffo, que la llevaba consigo, era amigo personal del embajador inglés Sir Anthony Fein, representante del Reino Unido tanto en los Estados Unidos como en la República Mexicana, pues el ministro había visitado La Paz cinco veces y había sido huésped de las familias Ruffo.

Asombrado por la perla que le fue mostrada, Mr. Fein quiso comprarla al señor Ruffo, para obsequio del Rey Eduardo VII, sucesor cuatro años antes de su señora madre, la legendaria Reina Victoria, soberana inglesa durante 64 años.

Don Antonio Justo se negó rotundamente a venderla. Sin embargo, en uno de esos gestos que lo hicieron célebre, el empresario sudcaliforniano se empeñó en regalarla al monarca inglés, por conducto del mismo señor emabajador Fein. Cuando el Rey tuvo frente a sus ojos la colosal perla paceña, llamó asombrado a los joyeros del palacio. Estos determinaron, en consenso, que jamás ojos europeos habían visto joya tal. Una real comisión integrada por 5 ministros y 3 joyeros fueron una semana después a la ciudad de Florencia, en Italia, custodiando celosamente la corona y la perla que ya era llamada "Great Lemon" tanto por su tamaño como por su forma de limón. La perla fue engarzada en la parte frontal de la corona y a su alrededor se incrustaron 14 enormes diamantes en forma de lágrima a los que se llama "custodios".

A partir de aquella fecha, nuestra perla en forma de limón, nuestra legendaria "Carmenaida" ha sido lucida sobre las reales testas de Eduardo VII, a quien le fue obsequiada, así como la de su sucesor Jorge V el 1 de Mayo de 1910 en que fue coronado y el 12 de Julio de 1922, en la ceremonia especial de Proclamación del Estado de Irlanda, liberado de la tutela real desde ese histórico día.

el 2 de Mayo de 1936 llega al trono el controvertido rey Eduardo VIII, luciendo de nuevo la corona. Seducido por la rubia actriz norteamericana, la célebre bailarina Wally Simpson, el recién coronado monarca renuncia al trono y es declarado Rey su hermano Jorge VI y nuevamente lucirá la corona con la perla sudcaliforniana al frente. En 1952, al fallecer el rey, sube al trono su hija Elizabeth II (Isabel, para nosotros) y es coronada solemnemente. Por primera vez en la historia de la monarquía inglesa, la ceremonia es transmitida por televisión al mundo y nuestra perla la "Great Lemon" es admirada ahora por millones de espectadores.

viernes, 21 de noviembre de 2008

TODOS SANTOS UNA HISTORIA INTERESANTE

La primera vez que los pobladores de Todos Santos se enfrentaron a una fuerza enemiga fue en el año de 1822, cuando el almirante Thomas Cochrane a cargo de la escuadra chilena, mandó dos buques, el Independencia y el Araucano a recorrer la península de la Baja California. El primero llegó a San José del Cabo y el segundo arribo a las costas de Loreto, para comprar carne y otras provisiones.
El Independencia, al mando del comodoro Wilkinson, se apoderó de San José y tomó prisionero a don Antonio Quartara, que había sido gobernador del puerto de San Blas. Fue este señor quien les informó que en una bahía cercana se encontraba un bergantín que podía llevar la noticia a la contracosta de la presencia de los llamados corsarios. Ante este temor, el comodoro ordenó al teniente Jorge Campell, que con una partida de marineros se trasladara por tierra hasta llegar al lugar donde estaba la embarcación y la echara a pique.
Un grupo de todosanteños, al darse cuenta del daño causado al bergantín- don Manuel Salgado era el dueño- se enfrentaron a los intrusos matando a varios de ellos y a otros los hicieron prisioneros. De este suceso hay varias versiones, pero la que mas se acerca a la verdad es la que aparece en el libro ¨Los Insurgentes del Sur¨ de historiador chileno Carlos López Urrutia.


En 1842 vuelven nuevamente los pobladores de este pueblo a participar en una revuelta contra el gobierno del jefe político Luis del Castillo Negrete, quien había expedido unas disposiciones sobre la distribución de las tierras de la misión. En esa ocasión, el padre Gabriel González,acompañado de Manuel Márquez de León, José Matías Moreno, Felipe Montes, José Aviles y otros más, le presentaron batalla a las fuerzas del gobierno, pero fueron derrotados. En calidad de prisioneros fueron trasladados al puerto de Mazatlán.


Durante la invasión norteamericana a la Baja California, en los años de 1846 a 1848, la participación de los todosanteños fue muy significativa. Por un lado Manuel Márquez de León que combatió en le estado de Sinaloa y por otro, el P. Gabriel González a quien lo consideran como uno de los más ardientes defensores de la península. No obstante que después del 29 de febrero de 1848 se habían suspendido las hostilidades en base al Tratado de Guadalupe, los grupos defensores de nuestra soberanía continuaron luchando contra el enemigo hasta el mes de marzo de ese año.
Todos Santos fue la última población en rendirse, no sin antes presentarle una tenaz oposición a las fuerzas del coronel Burton y del capitán Naglee Allí fue capturado el P. Gabriel González.


Refiriéndose a este último combate, la historiadora Ángela Moyano Pahisa dice lo siguiente. Después de esta última campaña, las fuerzas norteamericanas regresaron a La Paz, el 12 de abril de 1848. La conquista de la Baja California había terminado. ¡ Necesitaron seis meses para doblegar a los patriotas de Baja California Sur ! Un ejército poderoso, con todos los adelantos de la técnica militar mal armadas...Seis meses fueron necesarios para conquistar Baja California Sur, una tierra paupérrima y escasamente poblada, pero cuyos habitantes eran fieros guerreros decididos a permanecer mexicanos...¨
Todos Santos ha estado presente en los momentos en que peligraba la soberanía y la paz de la Nación. Preparó sus armas en contra del filibustero William Walker, en 1853. Ofreció el ¨contingente de sangre¨ en la guerra contra los franceses en 1862, según lo atestigua el presidente municipal de ese entonces, Gregorio Villarino. Algunos de los ciudadanos enlistados fueron Atanasio Villarino, Victorino Legaspi, Avelino Cota, Pedro Amador, Benigno Avilés, Antonio Espinoza y 26 más.
En un párrafo de su comunicado, el señor Villalrino dice ¨Grande ha sido el entusiasmo con que esta municipalidad ha recibido la disposición de usted, y el corazón se conmueve de júbilo al ver retratado en los semblantes de todos el fuego del patriotismo y el deseo ardiente de no ser los últimos en tener la gloria de disparar sus fusiles sobre el enemigo invasor...¨

En el coloquio internacional ¨La Frontera, una nueva concepción cultural¨, organizado por la UABCS, Rossana A. Almada Alatorre presentó un ensayo sobre el imaginario colectivo de Todos Santos cultural que dará ¨como resultado la subordinación de la cultura local y de la jornalera a la del grupo que pretende consolidarse como élite local ( los norteamericanos ) ...¨
Varios indicadores se ponen como ejemplo de la investigación como la presencia de los extranjeros en la vida social del pueblo, el apropiamiento de los espacios céntricos, la compra de casas y terrenos y los negocios dedicados a la compraventa de bienes y raíces. A lo anterior habrá que agregar la influencia cada vez mayor del turismo norteamericano y europeo. El mismo ensayo aclara que la mayoría de los que viven en Todos Santos son personas jubiladas que buscan tranquilidad, sin los jolgorios de otras partes, como Los Cabos.
Llaman la atención las afirmaciones de la ensayista sobre todo en el caso de la subordinación cultural nacional a la extranjera. Se refiere seguramente a la enajenación cultural que se da cuando un pueblo no tiene raíces, que olvidó sus tradiciones y que aún no desarrolla o asimila otras en forma consistente. Cuando tales condiciones no existen, bien se pueden asimilar otras culturas y valorarlas adecuadamente. Yo creo firmemente que este es el caso de Todos Santos.
No podemos olvidar lo que es y ha sido esta comunidad sudcaliforniana. De sus apellidos tradicionales como los Salgado, Espinoza, Martínez, Villarino, Albáñez, Márquez, Domínguez, etc. De sus hombres distinguidos del pasado y del presente como el general Manuel Márquez de León, general Clodomiro Cota Márquez, General Melitón Albáñez y del mismo P. Gabriel González que aunque nació en España se identifica con este pueblo; de doña Dionicia Villarino, digna exponente de las mujeres de esta tierra. No podemos ni debemos dejar de mencionar a los hombres que en estas últimas décadas se ha distinguido en el servicio público como autoridades municipales, diputados y funcionarios del gobierno estatal como esteban Pérez Espinoza, César Moreno Meza, Jorge santa Ana González y Manuel Salgado Calderón. Y de los hacedores de la educación y la cultura como Néstor Agúndez Martínez, Oralia Fernández, Valente de Jesús Salgado Calderón, José salgado Pedrin y Heriberto Parra Hacke.


La identidad todosanteña va para largo. Mientras existan sus hermosas huertas, el teatro Manuel Márquez de León, su iglesia donde se venera a la Virgen del Pilar, el edificio de la antigua escuela primaria Melitón Albáñez hoy convertida en el Centro Cultural Siglo XXI, las sabrosas coyotas y las crujientes melcochas, Todos santos no debe temer al futuro. Sus hombres y mujeres, como en el ayer, defenderán lo que es suyo por que es el patrimonio de sus familias y es la herencia que dejarán a las futuras generaciones de sudcalifornia.

martes, 18 de noviembre de 2008

SANTA ROSA DE LAS PALMAS UNA MISION SUDCALIFORNIANA

Como ya ha sido una costumbre, los habitantes de Todos Santos se preparan para festejar el día de la Virgen del Pilar, la que desde 1749 es venerada en esa población. Eventos culturales diversos como a presentación de grupos artísticos, obras teatrales, conferencias, presentación de libros, exposiciones, con parte de las actividades que se desarrollarán en los días previos a este acontecimiento.
Coinciden estos festejos con el día de la hispanidad el día 12 de octubre y que nosotros conocemos como el descubrimiento de América, por Cristóbal Colón. A la virgen María del Pilar, desde tiempos muy remotos se le venera en la ciudad de Zaragoza, España, donde existe una suntuosa iglesia que es conocida como el Templo de la Raza. Cuenta la tradición que la virgen María, cuando todavía vivía, le prometió al apóstol Santiago que se aparecería en aquel sitio donde se convirtieran más hombres para la fe de Cristo. Y fue en ese lugar donde cumplió su promesa, pidiendo que se le construyera una capilla, como un pilar que permanecería hasta el fin de los tiempos.


En Todos Santos, la misión que se fundó por los religiosos jesuitas en 1733 llevó el nombre de Santa Rosa de las Palmas, aunque años antes ya había sido una visita de la misión de La Paz. En 1733, el padre Sigismundo Taraval se estableció en ella, a fin de continuar la obra de evangelización entre los indios de esa región. La misión conservó ese nombre hasta el año de 1749, ya que por motivo del traslado de los indios neófitos de La Paz a Todos Santos, se le comenzó a llamar Nuestra Señora del Pilar. Debemos recordar que la misión de La Paz llevaba ese nombre, pero al quedar abandonada en ese año dejó de llamarse así.


Los padres jesuitas atendieron la misión hasta el año 1768, año en que otra orden religiosa llegó a California para hacerse cargo de los establecimientos católicos. Primero fueron los padres franciscanos y cinco años después los dominicos los que permanecieron la frente de las misiones, entre ellos Juan Ramos de Lora, José Murguía, Juan Figuer ( franciscanos ), y después Mariano Fernández, Jacinto Fiol y Gabriel González ( dominicos ). En 1840 la misión fue abandonada definitivamente por la escasa población de neófitos y también por las dificultades que tuvieron los padres para administrarlas a su criterio.


Nuestro estimado amigo, el profesor Néstor Agúndez, en un interesante folleto publicado en 1992, dice que fue el padre Jaime Bravo quien bautizó a esa comunidad como Todos Santos. En efecto, cuando este jesuita fundó la misión en La Paz en 1720, recorrió la parte sur de la región y estableció tres sitios para catequizar a los indios. Uno de ellos fue Todos santos, según lo asienta el padre cronista Miguel Venegas en su libro ¨Noticias de la California y su conquista temporal y espiritual¨ aparecido en el año de 1757. Por eso fue muy natural que la misión fuera identificada como Nuestra Señora del Pilar de Todos Santos.
Han pasado muchos años desde ese entonces y todos santos continúa presente en la geografía sudpeninsular. Con los avatares propios de su larga vida, y con la presencia de sus hombres y mujeres en los diversos acontecimientos políticos, sociales y culturales, esta comunidad tiene una historia que merece conocerse por propios y extraños. Su identidad californiana, sus luchas contra las intervenciones, la defensa de los ideales democráticos durante la revolución mexicana y la lucha cotidiana a seguir por los habitantes de Baja California Sur.

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Capilla Nuestra Señora de Fatima
En este lugar se encontraba la antigua misión Jesuítica

jueves, 6 de noviembre de 2008

DOS CALIFORNIANAS ENAMORADAS

Dos californianas enamoradas hace cerca de 200 años, cuando frailes franciscanos y soldados colonizaban la Alta California estableciendo misiones y presidios en lo que hoy son las ciudades de San Diego, Santa Bárbara, Monterrey y San Francisco, y cuando buques nacionales, angloamericanos, franceses y rusos arribaban a estos lugares, tuvo lugar un episodio amoroso en el que intervinieron la hija del comandante Luis Arguello del presidio de San Francisco y el conde ruso Nicolai Petrovich Rezanov.


El 5 de abril de 1806 el bergantín Juno al mando del conde, llegó a ese puerto en busca de provisiones y para establecer relaciones de ayuda mutua con el gobernador del territorio español que en esos años era José Joaquín de Arrillaga. Mientras esperaban la entrevista con el gobernante éste radicaba en Monterrey – la tripulación adquirió víveres que eran necesarios para socorrer a la colonia rusa de Sitka, en Alaska, cuyos moradores se estaban muriendo de hambre. El comandante del presidio, por su parte, atendió al conde y a los oficiales del barco de la mejor manera. Fue así como Rezanov conoció a María de la Concepción Arguello quien en ese entonces tendría unos quince años de edad.


Galante, educado, de buena presencia y de la nobleza rusa, el conde causó una impresión muy agradable a la adolescente tanto, que al cabo de unas semanas se comprometieron en matrimonio. Naturalmente su unión tardaría un tiempo ya que necesitaban la autorización del rey y del papa, dado que se casarían por otra religión. Mientras tanto, Rezanov preparó un viaje a Sitka a fin de ir en auxilio de sus compatriotas.


Pero en conde ya nunca regresó a San Francisco. Después de permanecer unos días en la colonia, prosiguió su viaje a Rusia para informar a la Corte de los resultados de su empresa. Y en el trayecto perdió la vida al cruzar un río helado en Siberia. Era el mes de marzo de 1807. Conchita Arguello lo esperó toda su vida. Muchos tiempo después cuando se enteró de su muerte, ingresó a un convento y ahí murió a los 67 años de edad.


En 1847, cuando tuvo lugar la guerra con los Estados Unidos y las tropas de ese país se apoderaron de la Baja California, un coronel llamado Henry J. Burton llegó en la fragata Lexington a La Paz designado por las fuerzas de ocupación como jefe político de la península. Como se sabe, varias personas vieron con buenos ojos la presencia de los norteamericanos y en cierta forma colaboración con ellos. Entre ellas estaba la familia Ruiz, que tenía una hermosa hija de nombre María Amparo.A sus quince años de edad- igual que Conchita Arguello- esta joven engalanaba con su presencia los mejores salones de la sociedad paceña, ya que ella era descendiente de José Manuel Ruiz quien fuera gobernador de la Baja California en los años de 1822 a 1825. Y, desde luego, uno de los invitados a esas reuniones era el coronel Burton quien seguramente quedó prendado de la belleza de María Amparo.


Al finalizar la guerra en 1848, las tropas extranjeras volvieron a los Estados Unidos y con ellas muchas personas- cerca de 300- que se fueron al país vecino en calidad de refugiados. La familia Ruiz formó parte de ese grupo, acusado de ser partidario de la anexión de la Baja California a los Estados Unidos. Para el coronel Burton tal decisión fue conveniente a sus inclinaciones amorosas, ya que su noviazgo podría continuar en la ciudad de Monterrey, lugar donde concentraron a toda esta gente.La boda fue un acontecimiento en esa ciudad californiana y desde ese momento la señora Ruiz de Burton se integró a esa región ya perteneciente a los Estados Unidos. Con el tiempo su esposo fue ascendido a general y ella frecuentó los altos círculos sociales e intelectuales del país vecino. Al finalizar el siglo XIX María Amparo estaba considerada como una de las mujeres más distinguidas tal como lo afirman sus biógrafos, entre ellos Frederick Bryant Oden autor del libro ¨The Maid of Monterrey¨.

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Esta mujer, oriunda de Loreto, escribió varios libros y una novela ¨The squatter and the Don¨ que ha sido reeditada últimamente. Aunque pasó la mayor parte de su vida en Norteamérica, no puede ignorarse el hecho de que es nativa de Baja California Sur.

 

 

 

 


María Amparo Ruíz de Burton

lunes, 3 de noviembre de 2008

EL NIÑO QUE ENSEÑA LOS DIENTES

Fue el maestro JOSE ROGELIO OLACHEA ARRIOLA, quien primeramente  dio a conocer al público porteño la leyenda del niño desarrapado que a media noche espantaba a los noctámbulos por la zona de la entonces llamada Isla de Cuba.

Muchas cosas se dijeron del asunto. Incluso, el profesor Manuel Gómez Jiménez, a la sazón Delegado de Gobierno de La Paz, ordenó que se hiciera una redada para dar con el chico ese que -se decía con horror-, pedía una moneda a media noche y en señal de agradecimiento mostraba los dientes en la forma parecida a la que lo haría uno de los grandes felinos salvajes.

El primer relato de esta horripilante aparición la dio don Hipólito Escopinichi, zapatero remendón que tenía su negocio en la esquina sureste de la bocacalle de 16 de Septiembre y Altamirano y que vivía en la zona de Reforma y Valentín Gómez Farías, área específica donde siempre se apareció aquella monstruosidad en forma de niño. Una noche que regresaba del trabajo a su casa, se encontró a bocajarro con el niño; le dio la moneda solicitada y fue entonces que recibió como gratitud la horrible escena de los dientes mostrados con todo y la encía y eso, aunque a la luz del tiempo resulte absurdo, provocó la psicosis colectiva más importante de que se tenga memoria antes de la aparición de la igualmente famosa "pideveintes".

Días después del caso del zapatero, un sargento de la Policía Municipal se encaminaba al antiguo edifico de El Sobarzo hacia el sur de la ciudad, cuando en la esquina de Reforma y Altamirano vio venir en la claridad de la noche, la figura de un chamaco de escaso un metro de estatura. Conocedor de la leyenda, que ya se había diseminado por toda la ciudad, se preparó para enfrentarse con el monstruo. Fue cuando, luego de pedirle a señas una moneda, el niño mostró su horrible sonrisa cadavérica al agente. Este, ya prevenido, tomó su fuete (instrumento policial suplido ahora por el "tolete") y se dispuso a azotar al niño aquel de la risa horripilante. El agente murió al día siguiente de un paro cardiaco.

De regreso del cementerio, el profesor Gómez Jiménez decidió investigar el caso por sí mismo. Para ello, hizo un croquis de la zona de afluencia del supuesto "espanto". Revisó cada una de las hasta entonces más de veinte denuncias sobre el mismo caso y varios días después, abandonó la lucha. No había rastro alguno del niño de la sonrisa horrible que mostraba las encías. Sin embargo, las quejas no dejaron de sucederse con pasmosa frecuencia. Una mujer ya entrada en años, que regresaba del antiguo hospital Salvatierra de El Esterito, fue interceptada por el niño. Presa de terror, huyó a toda carrera por una de las calles oscuras del barrio de la Isla de Cuba, con tan mala suerte, que una jauría de perros bravos la atacó hasta dejarla maltrecha. Víctima de las terribles mordeduras caninas, la dama falleció días después.

Se decía que "el espanto" parecía salir de entre las paredes de piedra cantera que circundaban una huerta que con el tiempo desapareció y que pertenecía a los descendientes de la familia Toledo. Alguien se alcanzó a puntada de sugerir que se tirara la barda y así se hizo una mañana friolenta. Sería por la psicosis de la leyenda, pero los albañiles aseguraban escuchar horribles sonidos de entre las piedras de la pared desmoronada.

Con el tiempo, la leyenda se olvidó y nunca más se supo del muchacho aquel que espantaba con sólo mostrar sus deformes dientes y sus rojas encías a los trasnochadores de la época.

 

Relato de Carlos Domínguez Tapia.