Ningún historiador lo dijo nunca. En realidad, no existe historiador más importante que el decir tradicional, surgido de la entraña misma del pueblo, que defiende "su verdad" sin acudir a documento alguno ni al rigor del método invocado por los profesionales de la investigación histórica.
La "great lemon" es la perla parecida a un limón, de más de una pulgada de diámetro, de oriente fulgurantísimo, que está engarzada nada menos que en la corona real de Inglaterra, el Reino Unido y la Gran Bretaña y que fue expuesta al público la última vez, durante la ceremonia de coronación de su majestad la Reina Elizabeth II soberana actual y líder espiritual de poco más de 200 millones de súbditos en toro el orbe.
Hagamos historia. La mañana del 10 de Agosto de 1883, los buzos de la empresa Ruffo y González, S. A., Juan Calderón Vacaseque y Antonio Cervera Cienfuegos, sacaron del seno de la bahía de La Paz, en un sitio cercano a la isla de San José, una ostra que en su interior crió una gigantesca perla, como se dijo antes, en forma de limón. Pulida hasta quedar bellísima, la perla fue dada a conocer con el nombre de "la Carmenaida" en honor de las señoritas Carmen y Adelaida Ruffo Santacruz, hijas del armador propietario ya de la joya.
Era una ciudad de La Paz pequeña y tan tranquila la de entonces, que durante muchos meses la perla estuvo expuesta en el lecho de su concha-madre en un aparador de la tienda de los hermanos Ruffo, para que los sudcalifornianos y los visitantes la vieran con admiración y respeto. 21 años después, el 4 de Abril de 1904, el pueblo sudcaliforniano se consternó con una noticia dolorosa: Carmelita Ruffo había fallecido, su hermana Adelaida la seguiría nueves años después, al morir el 15 de Julio de 1913, durante la convulsión regional de la Revolución Mexicana. "La Carmenaida" fue llevada a la ciudad de San Francisco, con la intención que fuera engarzada en un broche de la familia Ruffo, Don Antonio Justo Ruffo, que la llevaba consigo, era amigo personal del embajador inglés Sir Anthony Fein, representante del Reino Unido tanto en los Estados Unidos como en la República Mexicana, pues el ministro había visitado La Paz cinco veces y había sido huésped de las familias Ruffo.
Asombrado por la perla que le fue mostrada, Mr. Fein quiso comprarla al señor Ruffo, para obsequio del Rey Eduardo VII, sucesor cuatro años antes de su señora madre, la legendaria Reina Victoria, soberana inglesa durante 64 años.
Don Antonio Justo se negó rotundamente a venderla. Sin embargo, en uno de esos gestos que lo hicieron célebre, el empresario sudcaliforniano se empeñó en regalarla al monarca inglés, por conducto del mismo señor emabajador Fein. Cuando el Rey tuvo frente a sus ojos la colosal perla paceña, llamó asombrado a los joyeros del palacio. Estos determinaron, en consenso, que jamás ojos europeos habían visto joya tal. Una real comisión integrada por 5 ministros y 3 joyeros fueron una semana después a la ciudad de Florencia, en Italia, custodiando celosamente la corona y la perla que ya era llamada "Great Lemon" tanto por su tamaño como por su forma de limón. La perla fue engarzada en la parte frontal de la corona y a su alrededor se incrustaron 14 enormes diamantes en forma de lágrima a los que se llama "custodios".
A partir de aquella fecha, nuestra perla en forma de limón, nuestra legendaria "Carmenaida" ha sido lucida sobre las reales testas de Eduardo VII, a quien le fue obsequiada, así como la de su sucesor Jorge V el 1 de Mayo de 1910 en que fue coronado y el 12 de Julio de 1922, en la ceremonia especial de Proclamación del Estado de Irlanda, liberado de la tutela real desde ese histórico día.
el 2 de Mayo de 1936 llega al trono el controvertido rey Eduardo VIII, luciendo de nuevo la corona. Seducido por la rubia actriz norteamericana, la célebre bailarina Wally Simpson, el recién coronado monarca renuncia al trono y es declarado Rey su hermano Jorge VI y nuevamente lucirá la corona con la perla sudcaliforniana al frente. En 1952, al fallecer el rey, sube al trono su hija Elizabeth II (Isabel, para nosotros) y es coronada solemnemente. Por primera vez en la historia de la monarquía inglesa, la ceremonia es transmitida por televisión al mundo y nuestra perla la "Great Lemon" es admirada ahora por millones de espectadores.
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