La primera vez que los pobladores de Todos Santos se enfrentaron a una fuerza enemiga fue en el año de 1822, cuando el almirante Thomas Cochrane a cargo de la escuadra chilena, mandó dos buques, el Independencia y el Araucano a recorrer la península de la Baja California. El primero llegó a San José del Cabo y el segundo arribo a las costas de Loreto, para comprar carne y otras provisiones.
El Independencia, al mando del comodoro Wilkinson, se apoderó de San José y tomó prisionero a don Antonio Quartara, que había sido gobernador del puerto de San Blas. Fue este señor quien les informó que en una bahía cercana se encontraba un bergantín que podía llevar la noticia a la contracosta de la presencia de los llamados corsarios. Ante este temor, el comodoro ordenó al teniente Jorge Campell, que con una partida de marineros se trasladara por tierra hasta llegar al lugar donde estaba la embarcación y la echara a pique.
Un grupo de todosanteños, al darse cuenta del daño causado al bergantín- don Manuel Salgado era el dueño- se enfrentaron a los intrusos matando a varios de ellos y a otros los hicieron prisioneros. De este suceso hay varias versiones, pero la que mas se acerca a la verdad es la que aparece en el libro ¨Los Insurgentes del Sur¨ de historiador chileno Carlos López Urrutia.
En 1842 vuelven nuevamente los pobladores de este pueblo a participar en una revuelta contra el gobierno del jefe político Luis del Castillo Negrete, quien había expedido unas disposiciones sobre la distribución de las tierras de la misión. En esa ocasión, el padre Gabriel González,acompañado de Manuel Márquez de León, José Matías Moreno, Felipe Montes, José Aviles y otros más, le presentaron batalla a las fuerzas del gobierno, pero fueron derrotados. En calidad de prisioneros fueron trasladados al puerto de Mazatlán.
Durante la invasión norteamericana a la Baja California, en los años de 1846 a 1848, la participación de los todosanteños fue muy significativa. Por un lado Manuel Márquez de León que combatió en le estado de Sinaloa y por otro, el P. Gabriel González a quien lo consideran como uno de los más ardientes defensores de la península. No obstante que después del 29 de febrero de 1848 se habían suspendido las hostilidades en base al Tratado de Guadalupe, los grupos defensores de nuestra soberanía continuaron luchando contra el enemigo hasta el mes de marzo de ese año.
Todos Santos fue la última población en rendirse, no sin antes presentarle una tenaz oposición a las fuerzas del coronel Burton y del capitán Naglee Allí fue capturado el P. Gabriel González.
Refiriéndose a este último combate, la historiadora Ángela Moyano Pahisa dice lo siguiente. Después de esta última campaña, las fuerzas norteamericanas regresaron a La Paz, el 12 de abril de 1848. La conquista de la Baja California había terminado. ¡ Necesitaron seis meses para doblegar a los patriotas de Baja California Sur ! Un ejército poderoso, con todos los adelantos de la técnica militar mal armadas...Seis meses fueron necesarios para conquistar Baja California Sur, una tierra paupérrima y escasamente poblada, pero cuyos habitantes eran fieros guerreros decididos a permanecer mexicanos...¨
Todos Santos ha estado presente en los momentos en que peligraba la soberanía y la paz de la Nación. Preparó sus armas en contra del filibustero William Walker, en 1853. Ofreció el ¨contingente de sangre¨ en la guerra contra los franceses en 1862, según lo atestigua el presidente municipal de ese entonces, Gregorio Villarino. Algunos de los ciudadanos enlistados fueron Atanasio Villarino, Victorino Legaspi, Avelino Cota, Pedro Amador, Benigno Avilés, Antonio Espinoza y 26 más.
En un párrafo de su comunicado, el señor Villalrino dice ¨Grande ha sido el entusiasmo con que esta municipalidad ha recibido la disposición de usted, y el corazón se conmueve de júbilo al ver retratado en los semblantes de todos el fuego del patriotismo y el deseo ardiente de no ser los últimos en tener la gloria de disparar sus fusiles sobre el enemigo invasor...¨
En el coloquio internacional ¨La Frontera, una nueva concepción cultural¨, organizado por la UABCS, Rossana A. Almada Alatorre presentó un ensayo sobre el imaginario colectivo de Todos Santos cultural que dará ¨como resultado la subordinación de la cultura local y de la jornalera a la del grupo que pretende consolidarse como élite local ( los norteamericanos ) ...¨
Varios indicadores se ponen como ejemplo de la investigación como la presencia de los extranjeros en la vida social del pueblo, el apropiamiento de los espacios céntricos, la compra de casas y terrenos y los negocios dedicados a la compraventa de bienes y raíces. A lo anterior habrá que agregar la influencia cada vez mayor del turismo norteamericano y europeo. El mismo ensayo aclara que la mayoría de los que viven en Todos Santos son personas jubiladas que buscan tranquilidad, sin los jolgorios de otras partes, como Los Cabos.
Llaman la atención las afirmaciones de la ensayista sobre todo en el caso de la subordinación cultural nacional a la extranjera. Se refiere seguramente a la enajenación cultural que se da cuando un pueblo no tiene raíces, que olvidó sus tradiciones y que aún no desarrolla o asimila otras en forma consistente. Cuando tales condiciones no existen, bien se pueden asimilar otras culturas y valorarlas adecuadamente. Yo creo firmemente que este es el caso de Todos Santos.
No podemos olvidar lo que es y ha sido esta comunidad sudcaliforniana. De sus apellidos tradicionales como los Salgado, Espinoza, Martínez, Villarino, Albáñez, Márquez, Domínguez, etc. De sus hombres distinguidos del pasado y del presente como el general Manuel Márquez de León, general Clodomiro Cota Márquez, General Melitón Albáñez y del mismo P. Gabriel González que aunque nació en España se identifica con este pueblo; de doña Dionicia Villarino, digna exponente de las mujeres de esta tierra. No podemos ni debemos dejar de mencionar a los hombres que en estas últimas décadas se ha distinguido en el servicio público como autoridades municipales, diputados y funcionarios del gobierno estatal como esteban Pérez Espinoza, César Moreno Meza, Jorge santa Ana González y Manuel Salgado Calderón. Y de los hacedores de la educación y la cultura como Néstor Agúndez Martínez, Oralia Fernández, Valente de Jesús Salgado Calderón, José salgado Pedrin y Heriberto Parra Hacke.
La identidad todosanteña va para largo. Mientras existan sus hermosas huertas, el teatro Manuel Márquez de León, su iglesia donde se venera a la Virgen del Pilar, el edificio de la antigua escuela primaria Melitón Albáñez hoy convertida en el Centro Cultural Siglo XXI, las sabrosas coyotas y las crujientes melcochas, Todos santos no debe temer al futuro. Sus hombres y mujeres, como en el ayer, defenderán lo que es suyo por que es el patrimonio de sus familias y es la herencia que dejarán a las futuras generaciones de sudcalifornia.
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